dijo Federik en la presentación del libro Memorias de Villaguay de Fortunato Echaniz. Por Ceferino Azambuyo
El jueves 6 de octubre se presentó en el Centro de Convenciones “Papa Francisco” el libro “Memorias de Villaguay” de Fortunato Echaniz. Se trata de un nuevo ejemplar de la colección “Los Nuestros” perteneciente a la Municipalidad de Villaguay, realizada con la participación de valiosos colaboradores en cada uno de sus tomos y coordinada por el renombrado poeta y escritor Miguel Angel Federik.
Con la valoración de que es imprescindible recuperar y/o re-editar aquellos textos del pasado con la calidad que las nuevas tecnologías permiten y también leerlos y desde los nuevos paradigmas que el paso del tiempo exige. Así surgió la iniciativa que se está desarrollando como una valiosa experiencia y de manera inédita en este tipo de políticas histórico-culturales.
Con la presencia de la Intendente Claudia Monjo y un panel del cual participaron el Dr. Miguel Angel Federik, la Profesora Silvia Guiffrey, el Fotógrafo e historiográfico Raúl Jaluf y el Profesor Oscar Echániz, sobrino del autor, quienes fueron parte asociada en la reedición del libro con texto revisado, anotado y aumentado.
Con una importante presencia de público, los expositores fueron haciendo su aporte para ilustrar sobre la importancia del libro y destacando la vida y legado de Fortunato Echániz.
La profesora Silvia Guiffrey señaló que “surgió la iniciativa de reeditar este libro de 1960 y actualizar el escrito al Villaguay de hoy. Fortunato nombra lugares que ya habían cambiado cuando escribió el libro y que hoy no son los lugares que el describió afortunadamente porque eso da cuenta que Villaguay crece y se desarrolla”.
“Un ejemplo que me gusta mencionar y que forma parte de la historia de este pueblo es el de la escuela Nº1 Profesor Leopoldo Herrera donde yo empecé a trabajar. En esa escuela, donde días pasado participamos de la “Maratón de lectura”, les preguntaba a los chicos si sabían que había en ese lugar y ese rescate es un ejemplo de todos los que tenemos en Villaguay y que son parte de nuestra historia. Este establecimiento educativo no nació como lo vemos hoy, hermoso, sino que hay mucha lucha para llegar a ello y el lugar físico tiene su propia historia. Eso ocurre con cada uno de los lugares que menciona Torcuato Echániz y es muy importante como base para explorar la historia”.
Guiffrey agregó que “el otro trabajo importante es el del índice de apellidos porque hay mucha gente que ha venido a este pueblo y diversas familias tienen mucha historia en este pueblo y se pueden reconocer y ubicarse fácilmente en este libro que fue escrito en primera persona donde relata los recuerdos que le contó su madre y ese es el valor que básicamente tiene esta obra que habla de antepasados”.
El profesor Oscar Echániz, sobrino del autor del libro, describió varios aspectos familiares y señaló que “si bien fue convocado para escribir en esta obra, consideró que no es su tarea. Estuve escribiendo durante la pandemia sobre una reseña histórica que seguro quedará para mis hijos y nietos”, comentó y adelantó que dispone de mucha documentación para investigar pero aún no ha podido llegar a saber donde están depositados los restos de las personas que donaron las campanas del templo”.
“Fortunato Echániz, era hijo de Magdalena Monjo, ascendiente de la actual Intendente de Villaguay, y su padre Nicolás Echániz, matrimonio del cual además nacieron Aurelia, Silveria, Magdalena y Torcuato que fue mi padre”, señaló el profesor.
“Fue maestro en Islas del Ibicuy y daba clases en una barcaza. Se trasladaba de un lugar a otro para que todos los chicos pudieran aprender las primeras letras y los primeros cálculos”.
Oscar Echániz mencionó que su tío “siempre hizo referencia a las fiestas patrias y en especial al 25 de Mayo en los discursos que están escritos en el libro honra a todos los próceres que dieron el primer paso para la independencia de Argentina”.
En otro pasaje expresó que le llamó la atención cuando dice que “los niños necesitan pan y educación, elementos esenciales para la existencia y el desarrollo de la vida. Personalmente considero que era su lema”, agregó.
“Residió en Córdoba acompañando a sus hijos que estudiaban y cuando era anciano y estaba casi ciego mi madre me enviaba a acompañarlo para realizar algunas visitas. A medida que caminaba lentamente con su bastón, que aún conservan los familiares y seguro que su destino es el museo, el tío Fortunato me decía llévame al tal lugar y caminaba a su lado apenas tocándolo como guía, porque no le gustaba que lo llevaron del brazo, me preguntaba por dónde íbamos y me explicaba que había en ese lugar 50 o 100 años”.
Raúl Jaluf, a su turno mencionó que “la importancia del libro de Fortunato Echániz, en el marco del bicentenario de Villaguay, es que si imaginamos el año 1893, cuando la fotografía recién comenzó a llegar después de 1860 a 1870 a Villaguay, es que todo lo anterior solo tiene registros orales o pictóricos pero no existía ese recurso para conservar fotografías por eso tiene un gran valor este libro”.
“A través de lo que su abuela y su mamá le contaban podemos reconstruir con algunas fotografías más actuales y recomponer la historia de la ciudad. Esa es una tarea difícil que viene en el camino del bicentenario de poder reconstruir desde Echániz para atrás”, remarcó.
El poeta Miguel Angel Federik consideró que “si bien hay otros libros sobre la historia de Villaguay como el escrito por el Padre Gilberto Suárez y Justo José Miranda, el libro esencial, fundamental y básico es este. Si tenemos tiempo, gestión y el pueblo así lo quiere seguiremos haciendo esta colección y recuperando todo lo que hace a la verdadera identidad del pueblo y como decía nuestra intendente lo hemos hecho con la mayor de las amplitudes y los criterios más amplios con tolerancia, diversidad, pluralidad cultural y de géneros” señaló el poeta.
“Así como hemos editado los poemas de uno de los grandes poetas latinoamericanos como lo es Juan L. Ortíz, que tuvo su infancia y educación en Villaguay, así también los ensayos de un pensador político que siguió la trayectoria de muchos intelectuales y políticos argentinos, fue alumno del Colegio de Concepción del Uruguay y salió de allí anarquista, haciéndose socialista en la universidad, y algunos terminan en el primer nacionalismo de Uriburu como le pasó a Lugones, es decir que lo que le pasó a Emiliano Carulla no es nada extraño pero eso hace a las identidades profundas de hombres de Villaguay que han vivido la historia de nuestro país”.
Finalmente Federik dio a conocer que “el próximo libro en preparación con revisión, corrección, armado, índices y demás, junto a la editorial ya se ha enviado para su presupuesto. Tendrá un conjunto documental fotográfico, provisto por su autor y que Raúl Jaluf ha retocado. Se llama “Recuerdos de remates” y su autor es Carlos Crosa”. Esos recuerdos se publicaron en el diario El Pueblo, como pequeños sueltos, hace unos años atrás. Son micro historias, relatos breves, donde aparece un mundo desconocido para nosotros porque era lo que sucedía entre el campo profundo y entre la ciudad real. Era en Cinco Bocas, estaba ahí en las lindes del pueblo y la selva del Montiel. Era un lugar de reunión de peones, capataces, dueños, martilleros, banqueros y gitanos, entre otros. A ese mundo Carlos lo cuenta con gracia y seriedad porque no es un narrador de imaginación sino un testigo de todos esos hechos”.
Federik agregó que luego vendrá un libro que casi es una idea entera de Claudia Monjo. Tendrá varios autores y va a recuperar el imaginario cultural de nuestro pueblo. En muchas ocasiones he llevado a la gestión de Adrián Fuertes y ahora a la de Claudia las sugerencias, esta vez la idea original es de la Intendente, pero no puedo extenderme más”, anunció.