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(19-11-2017).-Desde la Costa Atlántica hasta las montañas de la Cordillera de Los Andes, Río Negro ofrece una diversidad de paisajes y actividades de calidad para disfrutar en la temporada estival a puro sol y relajación.
Atractivos para todos los gustos en la Costa

La provincia se caracteriza por poseer más de 200 kilómetros de arena y mar donde decenas de playas con características únicas invitan a relajarse. Desde el Cóndor hasta Las Grutas el paisaje se ilustra con altos acantilados, campos de dunas y bancos de arena que acompañan el agua azulada.

En el Golfo San Matías, Las Grutas recibe año a año miles de visitantes dispuestos a divertirse, relajarse y pasarla bien en las aguas más cálidas de la región. Las extensas playas son ideales para disfrutar jornadas de gimnasia recreativa, juegos, bailes o largas caminatas en soledad pero con el acompañamiento del sonido de las olas. En algunos sectores, grandes y chicos pueden zambullirse en piletones excavados en el suelo rocoso. Si lo que se busca es tranquilidad, a pocos kilómetros de allí el Puerto de San Antonio Este tiene para ofrecer aguas profundas bordeadas por un manto de pequeños caracoles y conchillas.

Playas paradisíacas

A 30 kilómetros de Viedma se encuentra el Balneario El Cóndor, portal de ingreso de la Patagonia Atlántica que cuenta con amplias playas donde la Colonia de Loros más grande del mundo musicaliza las mañanas y las tardes con su cantar. Es muy tentadora la oportunidad de refrescarse en el agua y disfrutar un partido de tejo en la arena. La villa balnearia cobija al Faro más antiguo de la Patagonia, emplazado hace 130 años y en sus inmediaciones resiste un mirador a Ceferino Namuncurá.

Allí, entre la desembocadura del río Negro y la Bajada El Faro, se conforma el espacio ideal para practicar una gran variedad de deportes que van desde windsurf, kitesurf, canotaje y pesca de orilla o embarcada, hasta lanzamiento en parapente desde los acantilados.

En cercanías a Sierra Grande, Playas Doradas se presenta como un lugar mágico y silencioso ideal para descansar y apreciar el mar en las doradas arenas que la caracterizan y acentúan su color en cada amanecer y atardecer, brindando una postal irrepetible en la Patagonia.

Nieve en invierno, belleza en verano

Aunque sean las grandes estrellas del invierno, San Carlos de Bariloche y El Bolsón tienen sus encantos inigualables durante los meses veraniegos. En verano la montaña invita a los turistas a disfrutar tardes enteras en los bosques o a orillas de los lagos, ríos, cascadas y arroyos que son parte del paisaje multicolor que se alza al pie de la cordillera donde abunda el verde que se combina con los diversos colores de las flores.

Bariloche es un destino para todo el año ya sea en familia o con amigos, para disfrutar la movida nocturna en la ciudad o el silencio de la naturaleza, aunque también permite decidir entre pescar o realizar actividades de aventura como kayak, cabalgatas en el bosque, caminatas o travesías. El Lago Nahuel Huapi es uno de los grandes atractivos de la localidad lacustre que promete aire puro al borde de las aguas cristalinas.

El Bolsón se destaca por sus senderos de montaña, ideales para lograr el equilibrio entre el bienestar del cuerpo y del espíritu. Allí los sabores patagónicos invitan a las personas a deleitarse con exclusivos platos regionales. Este pueblo de montaña está preparado para recibir a todo tipo de visitantes con infinitas aventuras, mitos, cultura y tranquilidad que garantizarán unas gratas vacaciones.

Gastronomía de mar en el atlántico sur

Los amantes del mar no pueden perderse de disfrutar de la cocina del Puerto de San Antonio y Las Grutas que se basa principalmente en la explotación de los recursos pesqueros existentes en el golfo San Matías, abriendo paso a los más exquisitos y frescos mariscos en los restaurantes que se erigen en la zona.

Los lugareños han ido especializándose en la cocina artesanal y ofrecen platos típicos regionales que van desde las tradicionales rabas fritas hasta: salmón al roquefort, cucuruchos de cornalitos, milanesas de merluza, escabeche y cazuela de mariscos, almejas gratinadas y a la vinagreta, cóctel de camarones, pulpitos preparados de diferentes formas, paellas, picadas de mariscos, mejillones a la provenzal, ostras, pejerrey frito, lenguado a la crema, calamares rellenos, sopa de cangrejos y vieiras gratinadas, siempre acompañados por vinos regionales.

Múltiples sabores al pie de la cordillera

San Carlos de Bariloche es una de las ciudades referentes en la provincia en cuanto a la gastronomía. Allí los inmigrantes que llegaron desde diferentes lugares del mundo dejaron sus huellas marcadas en platos típicos como el goulash con spaetzle u otra guarnición, que luego fueron apropiados por los residentes del lugar y readaptados por talentosos y reconocidos chefs.

Respecto a las bebidas, tanto Bariloche como El Bolsón permiten saborear una gran variedad de cervezas artesanales de diferentes sabores. Las nuevas cervecerías se sumaron a las tradicionales y conformaron la “Ruta Cervecera” que invita a realizar tours y acompañar la bebida con picadas de quesos, ahumados y otras delicatesen regionales.

Las Frutas finas cosechadas en la región permiten la producción de refrescante coctelería, licuados, jugos y dulces. Las frambuesas y frutillas con crema y los helados artesanales de originales sabores son los postres ideales para acompañar las pastas rellenas de trucha o cordero, los asados de turismo rural o el curanto de Colonia Suiza.