La inolvidable experiencia de admirar de cerca de estos magníficos ejemplares que, cada año, llegan a Península Valdés y Puerto Madryn convierte a este sector de la costa atlática el único sitio del país desde el que se realizan avistajes de abllenas franas australianas.
Este espectáculo increible, diario y continuado de uno de los mamíferos más grandes del mundo sucede cada año en las aguas de la bahía frente a Puerto Pirámides, en la Pen´ñinsula de Valdés, provincia de Chubut. A pcos metros de la costa, en un mar profundamente azul y frente a los abruptos acantilados que parecen tallados con un cincel, site u ocho ballenas juguetean, resoplan y hacen piruetas a uno y otro lado de las embarcaciones, en uno esos mágicoa atardeceres patagónicos que tiñen de amarillo rojizo las pareders de los despeñaderos.
Puesto Pirámides es el único sitio del país desde el que se realizan avistajes embarcados de ballenbas francas australianas, que llegan a las costas chubutenses desde mayo, para aparearse y dar a luz. Y en octubre comenzó la temporada alata para la actividad, que permite ver ya muchos de estos mamíferos acompañados por sus ballenatos, recien nacidos pero no tan pequeños: al nacer miden ya entre tres y cinco metros y pesan unas tres toneladas. De adultos, pueden llegar hasta los 17 metros y pesar unas 40 toneladas. Se calcula que esta temporada hay entre 700 y 1.000 ejemplares retozando en las aguas calmas de los golfos Nuevo y San Matías, al su y norte de la Península.
“Como el resto de las ballenas. La franca austral migra dos veces al año: una para alimentarse, hacia áreas ricas en zooplancton cerca de la Aantátrida; y la otra para repoducirse, hacia aguas más templadas y calmas, donde se refugian y tiene la crias”, explica el guía de Southern Spirit, con 60 pasajeros a bordo, flota con el motor apagado -para no molestar- entre dos cetáceos de unos 13 metros de largo. Esta agua, justamente don las del Ggolfo Nuevo.