( 1-01-2015 m).-El Gobierno de La Rioja se apresta a recrear la histórica proeza de la Expedición Auxiliadora Zelada y Dávila, el próximo 24 de Enero de 2015, aquella que en 1817 el comprovinciano Nicolás Dávila y el uruguayo Francisco Zelada, encabezaran la milicia de 350 valientes en la gesta nacional encomendada por el General José de San Martín, cruzando la cadena montañosa hasta Copiapó (Chile), por el hito de Comecaballos en la Cordillera de los Andes, a más de 4800 metros sobre el nivel del mar.
Bajo un imponente escenario de cerros y montañas cubiertas de nieve eternas, el Gobierno riojano viene desarrollando esta cabalgata cuyo objetivo procura instalar en la escena nacional la revalorización de una gesta que involucro valentía y sagacidad hasta llegar a Copiapó, tal cual se inscribe en la historia.
Al igual que años anteriores, esta reedición desplegará la logística coordinada que involucrará a la Gendarmería nacional, Defensa Civil, Bomberos Voluntarios, Cuerpo Adiestramiento Policía Especial para alta montaña y personal de Salud, entre otros, y cerca de 50 vehículos.
Además de los baqueanos de la zona, que brindarán su apoyo con el aporte de los animales y su excelso conocimiento de la zona y valiosa experiencia, indispensables, para que la travesía transcurra satisfactoriamente al promediar la anteúltima semana de enero del 2015.
El programa oficial contempla la llegada de los expedicionarios al paraje cordillerano Barrancas Blancas, durante las primeras horas del 24 de enero, para luego emprender viaje hacia Comecaballos; tras lo cual se habrá cumplido la primera etapa del viaje en el cruce de Río Salado, y la segunda en Refugio Comecaballos, dando cumplimiento al objetivo de arribar al hito propiamente dicho, e inicio del acto protocolar que reunirá autoridades provinciales, departamentales y de la Tercera Región de Atacama.
La continuidad verano a verano desde el 2010, pone de manifiesto el trabajo del Estado Provincial en concretar la decisión política sobre diferentes acciones que sume voluntades de autoridades riojanas y de la Tercera Región de Atacama, trabajando en forma mancomunada en proyectos institucionales, socio-culturales y productivos entre otros aspectos gubernamentales.
Prueba de ello fue la reciente inauguración del puesto aduanero binacional en el paraje cordillerano argentino de Barrancas Blancas, donde funcionan -entre otros controles- la AFIP y migraciones.
Esta histórica ceremonia estuvo presidida por el primer mandatario riojano Luis Beder Herrera y el intendente de la III Región de Atacama-Chile, Miguel Vargas Correa, quedando abierto hasta abril el paso Internacional de Pircas Negras que une a esta provincia con el país trasandin.
Esta medida ratifica una vez más la férrea decisión del Gobierno de promover la llegada del turismo en general, potenciando la particular belleza en suelo riojano, un viaje a los orígenes como se presenta a la provincia tanto a nivel nacional como extranjero, fortaleciendo el
trabajo de los sectores público y privado en el compromiso de posicionarla año a año.
CUANDO LA HISTORIA HABLA
El 12 de febrero 1817, se logra la exitosa hazaña; tomando Copiapó (Chile), la principal población norteña y el puerto de Huasco, punto donde desembarcaban los realistas que bajaban del Alto Perú. Desde la localidad riojana de Guandacol, partieron cerca de 350 milicianos, que demoraron dos días en transitar los 160 kilómetros que los separaban del refugio de Comecaballos.
Para concretar la liberación de Chile José de San Martín planificó la organización de seis columnas. Las principales cruzaron por Uspallata (Mendoza) y por los Patos (San Juan). Las restantes, por otros pasos de Mendoza, San Juan y La Rioja.
A pesar de estar lejos del camino real y el puerto, La Rioja fue protagonista directa. De las mil ochocientas mulas, con las que contaba la provincia, en aquel entonces, novecientas se destinaron a la expedición. Además, de los cañones que se llevaron a la misión y que en parte, se fundieron en la fábrica de pólvora de La Rioja. Una de las dos fábricas de pólvora que había en el país, la otra estaba en Córdoba.
La crónica histórica señala que los coroneles Dávila y Zelada partieron desde Nonogasta junto a ciento cincuenta hombres, a los que se sumaron doscientos más, que concurrieron desde Los Llanos, enviados por Juan Facundo Quiroga y los doce del Ejército del Norte, aportados por Manuel Belgrano.
Los 350 milicianos carecían de preparación militar y entregaron su cuerpo a la misión. Salieron desde Guandacol y luego de cruzar la Cordillera de Los Andes se dividieron y tomaron sus objetivos de manera simultánea. Redujeron a la guardia realista en plena Cordillera camino a Chile y liberaron Copiapó.
El gobierno de Copiapó se conformó con vecinos del lugar, y Miguel Gallo fue elegido su gobernador. La liberación de ambos puntos, se logró sin una sola baja, ni disparar un solo tiro.