El Tren Patagónico ofrece una experiencia distinta de viajar hacia el mar o la cordillera. Viedma y Bariloche, los destinos de un recorrido
único a través del corazón de Río Negro: la línea Sur, su interior profundo, la esencia misma de la Patagonia.
El tren patagónico es una atractiva propuesta turística para quienes
elijen viajar en “otra sintonía”, sin prisa alguna, disfrutando de
cada momento del recorrido. Una vez a bordo, es posible vislumbrar una porción de suelo patagónico que trae rumores de otro tiempo que se pierden en la inmensidad del horizonte.
El Tren Patagónico se abre paso a lo largo de ochocientos cincuenta
kilómetros a través de la provincia de Río Negro, recorrido en el que
une una docena de localidades. Desde Viedma, la capital provincial,
eltren recorre 195 kilómetros hasta San Antonio Oeste, ciudad que se
conecta a través de la ruta provincial n° 2 con Las Grutas y las
localidades del corredor atlántico rionegrino, extendido a lo largo de
la costa del Golfo San Matías.
Poco más allá, el tren se encuentra con Valcheta, un oasis de
vegetación que encierra un tesoro de 70 millones de años en el Bosque
Petrificado, monumento natural que guarda ejemplares fosilizados de
araucarias que le han ganado su batalla al tiempo.
La formación sigue rumbo al oeste, atravesando la inmensidad de la
estepa, descubriendo a su paso la increíble y cambiante geografía que
regala postales para el recuerdo. Uno tras otro se suceden las
poblaciones que fueron creciendo a lo largo de la Línea Sur gracias a
la llegada del tren: Nahuel Niyeu, Ramos Mexía, Sierra Colorada, Los
Menucos, Maquinchao, Ingeniero Jacobacci, Clemente Onelli, Comallo y
Pilcaniyeu. Allí el tren es símbolo de progreso y representa un
importante servicio para sus pobladores.La construcción del tendido
ferroviario comenzó en 1922 y llegó finalmente a Bariloche en 1934.
Desde los cómodos vagones de primera clase o el salón comedor, los
pasajeros ven pasar a lo largo del viaje la fauna que habita esta
tierra indómita: guanacos, choiques, maras, zorros, ovejas y variedad
de aves de rapiña. Pequeñas lagunas transitorias aparecen y
desaparecen durante el año según la cantidad de precipitaciones en
cada estación. En su camino, el tren descubre la magia de la Meseta de
Somuncurá, área natural protegida de gran riqueza geológica, ecológica y paleontológica que contiene además la mayor reserva de agua subterránea de la provincia.
La tarde le da paso a la noche y el tren continúa viaje. Afuera, las
estrellas invaden el cielo mientras nos adentramos en el corazón
dormido de la Patagonia norte.
El amanecer cerca de la Cordillera y las cumbres nevadas que pronto se acercan y anuncian el fin de la travesía. El lago Nahuel Huapi,
majestuoso, se muestra a pocos minutos de llegar a la estación de
Bariloche, con su color azul intenso. El tren reduce su marcha y
despunta los últimos kilómetros de vía que unen el mar y la montaña en una experiencia única.
Datos útiles
Luego de que un fuerte temporal ocurrido en marzo afectara vías y
terraplenes, el Tren Patagónico reanudó exitosamente su servicio.
Durante junio, la formación viaja con coches Sorefame de primera clase con calefacción y capacidad para 180 pasajeros, camarero a bordo y coche restaurant, en el que se pueden disfrutar platos típicos de la cocina patagónica.
El tren parte de Viedma todos los viernes a las 16 horas y arriba a
Bariloche el sábado a las 11 horas. El regreso desde la ciudad andina
es el lunes a las 12 horas y llega a la capital provincial a las 7
horas del día siguiente. El valor del pasaje de Viedma a Bariloche es
de 105 pesos. Los mismos pueden adquirirse en las boleterías de todas
las agencias adheridas al Tren Patagónico S.A. a lo largo de la
provincia. Y también en la ciudad de Buenos Aires, en calle Reconquista 556.
Más información:
www.trenpatagonico-sa.com.ar