El gran valle de la Patagonia es una unidad geográfica, turística y humana, un corredor inmenso con diversidad de lenguajes producto de la inmigración. El valle propone al viajero un panorama colorido en primavera con el desperar de flores en todos sus frutales y el colorido de sus frutos en verano.
Ingresando desde el norte, desde Bahía Blanca y a través de la ruta Nacional 22, recorriendo 164 Km. se llega a Río Colorado, portal de entrada a la provincia de Río Negro. Luego por la misma ruta y tras 140 Km. se llega a Choel Choel, para comenzar a transitar el gran valle del río Negro, rumbo a Cipoletti, pasando por un rosario de localidades, siempre a la vera de la misma ruta.
El área de los valles medio y alto comenzó a poblarse de colonos con la llegada del ferrocarril en 1899, y su consolidación se produjo con la construcción del dique Ballester en 1928, que permitió asegurar el riego y el progreso a la región.
Una ventaja que tiene esta ruta turística es que el Valle posee un gran flujo de gente de paso hacia la cordillera y que, como está con ánimo de vacaciones, disfruta al detenerse disfrutando las distintas expresiones que identifican culturalmente el lugar a donde llega el turista.
Numerosas chacras ofrecen, la posibilidad de participar de las labores culturales y degustar las frutas frescas o elaboradas en dulces tartas, la visita a galpones de empaque, fábricas de jugos y de sidra que nos conecta con el proceso industrial que existe alrededor de las peras y manzanas.
Entre alamedas y viñedos, frutales y canales de riego, el camino va enlazando las diferentes bodegas, que suma un rosario de chacras productoras, que permiten de una manera atractiva, reconocer el proceso productivo de la región. Con el desarrollo de la ruta productiva se pretende crear empleo, generar riqueza valorizando a través del turismo la oferta rural, los productos regionales y la identidad rionegrina.
La zona cuenta con una historia vitivinícola que se inició hace más de un siglo. Hoy en Cipolletti, podes vivenciar su origen mismo en la bodega museo La Falda, único en su tipo en nuestro país. El emprendimiento data de 1895 y fue obra del alemán Bernardo Herzig.
Si tu destino es General Roca, hay una bodega de pioneros: La bodega y viñedos Canale un emblema en la región, que fundara en 1909 el ingeniero Humberto Canale, proyecto que hoy es continuado por la cuarta generación de descendientes. La visita a las bodegas abre un mundo refinado de vinos y champagnes. Los viñedos de estas latitudes, los aromas y sabores.
La región patagónica se encuentra actualmente en un momento inmejorable en la producción de vinos finos de alta calidad, producto que hoy concentra la demanda de los principales y más competitivos mercados vitivinícolas del mundo.
La manzana es uno de los símbolos de este valle y la ruta es una invitación a transitar el camino del asombro que permite descubrir la capacidad de los sentidos y tener un panorama del pasado.
El Valle de Río Negro es un mundo de fertilidad, historias de colonización, y memorias de los antepasados. En esta geografía se delineo la ruta del vino, las peras y las manzanas que abarca gran parte del Alto Valle de Río Negro.
Sin embargo, la necesidad de complementar con otras actividades ha despertado la creatividad de muchos que se han animado a agregarle valor a sus recursos además de continuar con su uso tradicional.
Flotadas en el río, pesca, navegación, caminatas safari fotográfico y muy buena gastronomía son algunas de las indicaciones que deberás agendar antes de llegar al valle
El mercado turístico en constante crecimiento sitúa a la Patagonia y Río Negro en particular, como una excelente opción para diSfrutar de un placentero descanso.