Entre 1936 y 1940, la provincia de Buenos Aires destinó un importante presupuesto a los municipios con el objetivo de reactivar la actividad económica y turística, así fue como el gobierno de entonces decidió contratar al enigmático arquitecto Francisco Salamone. Sus obras se focalizaron en una tríada compuesta por palacios municipales, cementerios, mataderos y plazas. Edificios que hacen de la Provincia un destino bueno, bonito y bonaerense.
Circuito sur: arquitectura imponente entre pueblos y sierras
Los palacios municipales salomónicos
El edificio de la municipalidad de Pringles se erige alto, como el dueño del tiempo. Con una torre reloj tradicional, está rodeado de plazas que incluyen increíbles obras del estilo neocolonial que utilizaba.
El palacio de Laprida, frente a la plaza central, también se destaca por su torre de reloj y sus grandes dimensiones que alcanzan los 30 metros de altura. En el lugar funciona el Concejo Deliberante: el recinto conserva las bancas de la época y un diseño extraordinario.
A 50 kilómetros de allí, la delegación municipal de la localidad de San Jorge fue inaugurada en 1938 y declarada Patrimonio Cultural Provincial en el 2001.
En el caso de la Municipalidad de Tornquist fue diferente. El edificio fue intervenido por Salamone para modificarlo en su totalidad: mide 36 metros, la torre marca el eje de simetría del edificio y se diseñó una tipografía exclusiva en metal que demuestra la originalidad del creador.
La delegación municipal del Pueblo Turístico Saldungaray construida en estilo Art Deco tiene una torre con reloj de 17 metros de alto. Sus características arquitectónicas aprecian líneas rectas y simplicidad geométrica.
Tres Picos, una localidad de menos de 100 habitantes, se encuentra en la base del Cerro homónimo, con formación rocosa allí se puede ver una de las obras más australes del autor: la delegación municipal que data del año 1937.
Mataderos antiguos estilo art decó
El Matadero de Laprida fue uno de los primeros de carácter público que tuvo la Argentina. En la fachada se destaca su torre y el mismo zócalo de piedra que Salamone colocó en el Palacio Municipal y en el portal del cementerio.
Inaugurado a finales de la década del 30, el matadero de Saldungaray fusiona su diseño a la secuencia productiva con una planta de lógica circular. En la parte superior posee una torre tanque y en el fondo la zona de corrales y animales.
Cementerios majestuosos del circuito sur
El cementerio de Laprida tiene una de las fachadas más altas de Latinoamérica. Allí se encuentra una excepcional figura de Cristo diseñada por el escultor Santiago Chierico.
Rodeado por el verde del campo y los grises amarronados de las sierras, el cementerio de Saldungaray posee en la entrada una rueda de cemento gigante integrada por una cruz y la cabeza de Cristo.
Plazas iluminadas con diseños únicos
En la Plaza Pereyra de Laprida, una maravillosa fuente, luminarias con estilo propio, pintorescos bancos de plaza donde descansar y canteros floridos invita a pasar una tarde a puras rondas de mates.
La plaza Ernesto Tornquist se fusiona con jardines y avenidas en el centro de la ciudad tuvo una segunda etapa de remodelación donde Salamone agregó columnas de iluminación, bancos y puentes. En el mismo espacio verde se puede apreciar un hermoso lago artificial.
Las obras del apasionante arquitecto de las pampas, le dan un impronta especial a este circuito en los maravillosos paisajes serranos. Estructuras enigmáticas construidas en la provincia de Buenos Aires que atrapan la atención de viajeros del país y de todo el mundo.
Crédito de fotos: Subsecretaría de Turismo