El viernes pasado, a sala llena, el escenario del Cine Teatro Emilio Berisso levantó su telón para dar paso a la obra musical y de ficción histórica “Hoy canta Julio Luján” en el año del centenario de su nacimiento y el Bicentenario de Villaguay.
En diferentes pasajes, que ambientaron y colocaron en tiempo al público, participaron con sus voces Roberto Romani, Enrique Ramón Antón, Ceferino Azambuyo y Manuel Servando Esquivel, la participación especial de Orgullo Zambo y la Compañía Entrerriana de Danzas Mario López Bondaz.
Desde el sueño de su guitarra propia y el improvisado instrumento que hacía las veces del encordado en su niñez, en tiempos de los carnavales y corsos que traían en voces de los integrantes de las murgas los reclamos de la sociedad ante las autoridades en estridentes versos, hasta los momentos más profundos en las formas y recreación de la figura de Julio Luján, su postura corporal, su saludo después de cada aplauso y el detalle del bigote que bordeaba su labio, con el rostro marcado por una seriedad amable y con gran respeto por el público, así lo exhibió Mario Suárez emulando al recordado “Cantor del Litoral”.
La recreación de las formas del baile, de los tiempos en que invitar a una chica era acompañado de una inclinación, fueron llevando a los espectadores hacia esas vivencias aún no olvidadas. Los momentos eran remarcados por las luces que centraban o dispersaban, reforzando o difuminando los cuadros presentados.
El cuidado repertorio, seleccionado especialmente, hizo que no hubiera momentos en la vida de Julio Luján que no estuvieran representados en las etapas cuyos temas fueron marcando un camino lleno de aportes a una forma única de sentir e interpretar sus creaciones o, en su voz, las de otros trascendentes autores.
El momento en que Enrique Antón hizo su aparición presentó, al modo de los recordados animadores de antaño, la actuación de Julio Luján en una de las tantas veladas bailables que ofrecía el club Barrio Sud, revivió ese tiempo rico en realizaciones en espacios de encuentros familiares sin segmentación de edades y convocantes de multitudes.
En otro momento especial una pareja perfectamente caracterizados, aparecen sentados a una mesa y sus figuras son las de Eva Duarte y Juan Perón, a quienes el cantor les dedica un tema y recibe el agradecimiento del general. Este momento fue muy comentado porque al tratarse de una obra que tiene su aporte de ficción genera la curiosidad sobre si el hecho ocurrió o se trata de un recurso inteligente para situar en tiempo a los espectadores.
Al final el niño que fue hombre, y cumplió su sueño de pulsar una guitarra que lo acompañaría en su vida, retorna a ese niño al que busca para caminar juntos hacia otro escenario, el de la trascendencia que solo el recuerdo y la memoria pudieron hacer posible que como ayer, “Hoy canta Julio Luján”.