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Con sus clásicas baladas y canciones con un tono bien romántico, el reconocido cantautor Diego Torres y la consolidada formación de Destino San Javier plasmaron una noche con un marcado clima amoroso y se adueñaron de los aplausos del público catamarqueño en la octava luna de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho 2023.

Mostrando su inigualable carisma, Diego Torres demostró una vez más sus dotes como showman al entregar sus melodías y compartir anécdotas, no parar de interactuar con el público y al mismo tiempo enamorarlo con sus emblemáticas canciones. No dejó pasar ninguno de sus hits y en cada uno de ellos fue ovacionado.

Su presencia había generado muchas expectativas por su regreso a Catamarca y su primera vez en el Poncho y, fiel a su estilo, no defraudó. Desde el primer instante en que las melodías comenzaron a sonar mientras las luces se encontraban apagadas, los presentes lo acompañaron en cada una de sus interpretaciones al ritmo de su inconfundible timbre de voz. Con un show impecable, “Sueños perdidos en la noche” y “Color Esperanza” fueron dos de los temas más ovacionados. También hubo espacio para “Paisaje de Catamarca”, para luego el cantautor comenzar a despedirse en medio de una gran euforia.

El artista fue reconocido sobre el escenario por las secretarias de Gestión Cultura, Daiana Roldán y de Gestión Turística, Evangelina Quarín, quienes le entregaron una chakana de cobre con incrustaciones en rodocrosita y un poncho que Diego inmediatamente se colocó, regalando la última postal -antes de despedirse- con un poncho catamarqueño

Por su parte, la formación de Destino San Javier fue la encargada de cerrar la octava luna y dejó en claro que conoce muy bien el escenario mayor de la Fiesta del Poncho. No sólo por haber actuado en forma casi ininterrumpida desde aquella primera vez en 2017, sino porque se trata de un festival al que sus padres tanto amaban y le cantaban.

El repertorio giró en torno a un homenaje a sus padres, su historia y trayectoria; que junto con su carisma y excelente trato con el público, hacen aún más destacable su actuación. Temas como “Aunque ya no vuelva a verte” y “Besarte de Nuevo” se mezclaron los clásicos “Quince Primaveras” y “Calle Angosta”. Pero tampoco estuvo ausente “Zamba del Poncho”, esa composición que Franco Favini y Bruno y Paolo Ragone cantan tan bien y, quizás, un poco mejor que sus padres cuando pisan este suelo tan emblemático para el Trío San Javier.

El conjunto, que se caracteriza por sus voces románticas y su equilibrio entre lo tradicional y moderno, dejó su sello un año más. Como no podía ser de otra manera, los gritos y coreo del público femenino estuvieron a la altura. Los presentes disfrutaron del show, tanto como los artistas, quienes aseguraron estar muy contentos con ser parte del Festival más importante de de invierno en el país. Tal fue la aceptación del público que debieron realizar varios bises antes de despedirse. Fiesta completa.

La noche se iba apagando, cuando le tocó el turno a la trova joven del folclore local, esas voces que nacieron con un horizonte bien en claro: defender el cancionero nativo. De esta forma, las figuras de Itatí y Nicolás Reyna le otorgaron un brillo especial al escenario, recibiendo como contrapartida el siempre extenso y cálido aplauso de los presentes. un cariño mutuo e inquebrantable. Una experiencia similar vivenció Aldo Luna con un repertorio con canciones propias y con ritmos del altiplano.

La delegación de Capital brindó un exquisito espectáculo a partir de sólido trabajo materializado a través de una puesta en escena que perdurará en el recuerdo de los que aman el rico cancionero popular.

El humor no podía estar ausente y en esta ocasión fue Ronda Vázquez quien tuvo la difícil tarea de hacer reír, logrando con sobrado éxito la misión. Una tarea similar desplegaron el experimentado chacarero trovador Hugo Nanni -que no dudó un instante en cantarle a su tierra natal- y el dúo Calu, con sus ya tradicionales canciones en las voces de Fabricio Abella y Roberto Quinteros.

Promediando la noche, aportaron su arte el Ballet Folclórico “Rubinstein”, la delegación de Belén y la reconocida Academia de danzas El Malambo. Gran despliegue escenográfico y artístico, tal como nos tienen acostumbrado las emblemáticas e históricas noches festivaleras del Poncho.