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Archivo

Hace 19 años Linares Cardozo pasaba a la inmortalidad

( 16-02-2015 ).-El profesor Rubén Manuel Martínez Solís, popularmente
conocido como Linares Cardozo, nació en La Paz, el 29 de octubre de
1920 y falleció en Paraná, el 16 de febrero de 1996.
En su ciudad natal cursó los estudios primarios y secundarios, que
culminó en el Colegio Nacional Domingo Faustino Sarmiento. Se trasladó
luego a Paraná, en cuyo Instituto del Profesorado Secundario obtuvo el
título de Profesor de Filosofía y Ciencias de la Educación.

Por entonces ya había comenzado a desarrollar las inquietudes que lo
convertirían en figura señera de la cultura regional: la investigación
folclórica, la música lugareña de raíz tradicional y la pintura. En
todos esos aspectos se destacó notablemente.

Ejerció la docencia en Paraná y Santa Fe hasta su jubilación, dejando
siempre en sus discípulos, profundas lecciones humanitarias y de amor
a la libertad y a la tierra nativa.

Reconocía con frecuencia a su madre- docente y a la vez guitarrista-
como la inspiradora de su vocación. Desde muy joven, Linares Cardozo
alternaba con los peones de campo, los pescadores y las personas
humildes de La Paz y sus alrededores, recogiendo vivencias que luego
volcaría en sus creaciones musicales, poéticas y plásticas. De uno de
esos paisanos- seguramente el que mayor atracción le despertó- tomó el
nombre para usarlo en su desempeño artístico.

En cierto modo fue influenciado por Atahualpa Yupanqui, a quien seguía
con un interés no exento de admiración. Entonces entendió que Entre
Ríos atesoraba un riquísimo material para desarrollar en su ámbito una
obra similar a la que estaba realizando Yupanqui en otras regiones.

Su investigación de ritmos, melodías y coplas populares, recogidas en
los rincones más apartados del territorio provincial, en los montes y
las islas, fue el sustento de su cancionero, al que añadió una fecunda
creación intelectual.

Expresándose en diversos ritmos, principalmente la chamarrita, donde
surgieron así: “Canción de cuna costera”, “Peoncito de estancia”,
“Coplas felicianeras”, “Soy entrerriano”, “Como los pájaros”, “La
biznaguita”, “La cambuiré”, “Islerito”, “Canción de la ocarina
dormida”, “El alzao”, “Cururú tajamarero”, “Chacarera de río seco”,
“La consigna del Supremo”, “Silbidos de un entrerriano”, “Costeando el
tajamar”, “Chamarrita del Chupín”, “Chamarrita de la encierra” y
cientos de títulos que continúan recorriendo la geografía musical del
país.

Paralelamente, realizó una obra pictórica que se distinguió por su
sencillez y luminosidad, nutrida en el paisaje, el río y la gente de
la costa.

De manera especial en sus últimos años acrecentó su tarea en el dibujo
y la pintura, dejándonos valiosas tintas, acuarelas y óleos que
muestran su profunda sensibilidad.

Un libro de poemas, “El caballo pintado y la paloma” (por su arroyo
Cabayú Cuatiá, de la ciudad de La Paz) y otro de memorias e ideas,
“Júbilo de esperanza”, sintetizan su vasta creación literaria, de la
que gran parte permanece inédita.

Los restos de Linares Cardozo descansan en el cementerio de La Paz, a
la sombra de un timbó con vista al río en el terreno que él mismo
eligió para su morada definitiva.