Puerto Madryn palpita al ritmo de las olas: a principios de junio la Temporada de Ballenas 2010 estará oficialmente inaugurada; mientras, los chicos dan la bienvenida a estos cetáceos
Se aproxima el momento en el que el recalen en el Golfo Nuevo las ballenas que anualmente se dirigen hacia el lugar dispuestas dispuestas a cumplir con uno de los momentos fundamentales de su ciclo de vida: reproducirse, parir y amamantar sus crías. Los escolares se covertirán en sus anfitriones.
Mientras los hoteles, agencias de viajes, guías turísticos y restaurantes comienzan a recibir a los viajeros de la Argentina y el mundo que quieren descubrir la maravillosa fauna marina de la costa patagónica, el personal de la Secretaría de Turismo municipal trabaja en paralelo con la comunidad para afianzar la conciencia ambiental, especialmente entre las jóvenes generaciones.
Puerto Madryn apuesta al turismo sustentable, es decir, a transmitir una visión ecológica, difundir la cultura de la hospitalidad y conservar los espacios protegidos para hoy y también para el mañana.
Una de las estrategias es afianzar el apego de todos los madrynenses a sus raíces a través de la Campaña de Conciencia Turística. Como sólo se aprecia lo que se conoce, la formación de los chicos es una herramienta fundamental. En esa línea y por séptimo año consecutivo, el 3 de mayo se inició el cronograma de charlas en las escuelas de la ciudad en lo que constituye la primera etapa del programa “Los chicos de Madryn reciben a las ballenas”.
La experiencia dentro del aula apunta a que alumnos y docentes tomen conciencia de la riqueza de la fauna propia del lugar, especialmente la ballena franca austral, que debe ser protegida por todos. Personal de la Secretaría de Turismo les presenta de forma dinámica qué significa el turismo responsable y la conciencia turística, además de detallarles cuáles son las áreas protegidas y cómo es la política de conservación que se aplica. Las charlas se complementan con los siempre atractivos avistajes costeros en el Área Protegida Municipal El Doradillo, con un ameno refrigerio en la playa. “Es una fiesta ver a las ballenas acercarse hasta la costa, muy cerca de la orilla y ver a los chicos disfrutando de los movimientos. ¡Ellas saben que están mirándolas!”, asegura María Cabrera, guardaparque del Área Natural Protegida El Doradillo: 25 kilómetros de playa y escenario de espectáculos naturales imperdibles.