[img align=left]http://www.viajandoxargentina.com/uploads/img4af7158401622.jpg[/img]Los antropólogos acuñaron el término “Etnocentrismo” para referirse al tratamiento que sus predecesores del siglo XIX daban a las culturas y pueblos coloniales; se hacía referencia con él, a una percepción subestimativa y menoscabante de los valores de esas culturas. No es raro que el término se tiña connotaciones raciales que emergen del carácter dominante, superior, hegemónico, que se auto atribuye y que, en su expresión extrema, justificó hasta la trata de esclavos
Caracteriza prioritariamente la actitud de las potencias coloniales que, en virtud del mismo, justifican o legitiman políticas o intereses económicos. Por ello no es inusual que al hablar del etno- se piense en el eurocentrismo, que describe la mirada que tiene sobre el resto del mundo el conjunto de los países de Europa Occidental.\r\n\r\nLa actitud básicamente etnocéntrica se puede replicar perfectamente, con respecto a las minorías, al interior de un país, lo que comúnmente conocemos como discriminación. El etnocentrismo está imbuido de la misma actitud despectiva que le atribuimos a ésta.\r\n\r\nSe suele reconocer como paradigma de potencia colonial a Gran Bretaña y a sus intelectuales, fundamentalmente a los antropólogos, como los creadores y sostenedores del pensamiento y del comportamiento etnocéntricos, tanto con respecto a sus colonias como también con respecto a las minorías internas, particularmente con la etnia de los galeses.\r\n\r\nLos galeses se consideran descendientes de una etnia que se internó en el territorio insular en torno al s.V a.C. y que conocemos como Celtas. Cuando en el año 43 d.C. los romanos invadieron la isla, la resistencia más enconada la encontraron de parte de los celtas, concentrados ya en su actual territorio de la zona oeste de la Britania.\r\n\r\nProbablemente hayan aceptado el cristianismo incluso antes de que éste se convirtiera en la religión oficial y única del Imperio romano bajo Constantino. Lo confirma el hecho de que los dos primeros mártires cristianos galeses que ellos veneraron, Aarón y Julio, fueron muertos en el siglo IV. \r\n\r\nPara el galés S. Gildas del siglo V la declinación y derrumbe de Britania fue causada por la inescrupulosidad y decadencia de sus líderes. Los invasores bárbaros son un castigo divino.\r\n\r\nEstos pocos datos probablemente sean suficientes para lo que se quiere resaltar: el Pueblo de Gales es un pueblo profundamente religioso o al menos lo fue durante muchos siglos. Siempre reconocieron como sus elementos aglutinantes de su pertenencia al pueblo: la religión y la lengua comunes.\r\n\r\n Es fácil, entonces, entender que cuando Inglaterra se separó del tronco católico romano (s.XVI) con Enrique VIII, los galeses no hayan querido aceptar la imposición del anglicanismo, aún cuando, más tarde, haya prosperado la confesión evangélica metodista, que no venía de Inglaterra, sino del continente. \r\n\r\nDurante el largo reinado de Enrique se produce la anexión legal de Gales a Inglaterra. El Acta de anexión de 1535 establece el uso exclusivo del inglés para los documentos y procedimientos oficiales y la abolición de cualquier legislación galesa vigente \r\n\r\nUno de los más fuertes movimientos de resistencia a la dominación, conocido con el nombre de la “No Conformidad”, se produce a fines del siglo XVII como una reacción contra los privilegios de los anglicanos en el País de Gales. \r\n\r\nDebían atender los servicios religiosos por prescripción legal, de lo contrario eran perseguidos y multados, además estaban obligados a pagar el diezmo para sostener a la iglesia y la jerarquía anglicana. Los galeses sentían que su cultura, su lengua y sus creencias religiosas acabarían sucumbiendo a la constricción asfixiante del poder inglés. \r\n\r\nPor si todo esto fuera poco, el crecimiento acelerado de la industria y de las máquinas a vapor requería un ingente insumo de energía. Provendría de las minas de carbón de Gales, donde la explotación de la mano de obra fue proverbial.\r\n\r\nEl último acontecimiento y el argumento más convincente de todos, respecto a la situación que vivía el pueblo de Gales, es que, a medidos del XIX, se inició una importante sangría emigratoria que se dirigió a múltiples destinos, la Patagonia incluida.\r\n\r\nEs conocido su arribo al Golfo Nuevo el 28 de julio de 1865 y toda la historia posterior: su asentamiento en el valle inferior del río Chubut, donde crearon pueblos que hoy son ciudades pujantes como Trelew, Gaiman, Rawson o Puerto Madryn, su ardua labor y larga lucha para convertir ese páramo en una fértil tierra de simientes; sembraron trigo y forrajeras, cultivaron huertas y chacras, criaron ganado vacuno y equino; construyeron sencillos molinos caseros en los que elaboraron harinas que incluso pudieron exportar, levantaron usinas en las que producían leche, crema y manteca y hasta tendieron las vías de un ferrocarril que unía al valle con Puerto Madryn donde se embarcaban los excedentes de la producción local con destino a lejanos centros de consumo, en veleros que pertenecían a la cooperativa.\r\n\r\nPero hay otra historia de la que son protagonistas los Galeses que no se desarrolló en la costa, ni en el valle inferior, sino lejos, en la cordillera.\r\n\r\nEn 1885 llega a Chubut el primer gobernador de ese Territorio Nacional, creado por la Ley sancionada el 16 de octubre del año anterior. Es el Teniente Coronel Luis Jorge Fontana , militar pero, además, naturalista, había estudiado con Burmeister y fue Director de la IV Comisión Demarcatoria de Límites con Chile.\r\n\r\nEs la época de la primera presidencia del Gral. Roca, muy poco después de su regreso de la “Conquista del Desierto”. Fontana iba con instrucciones del gobierno nacional respecto de la afirmación de la soberanía Argentina en los territorios patagónicos. \r\n\r\nYa el 14 de octubre del mismo 1885, partió Fontana desde de la ciudad de Rawson hacia la cordillera, al frente de un grupo de exploradores, conocido como los “Rifleros del Chubut”. Integraban el grupo: 7 argentinos, 2 alemanes, 1 norteamericano y 19 galeses. Fontana tenía la autorización del Gobierno Nacional para disponer de 50 leguas de campo para distribuirlas entre los colonos que quisieran radicarse en la cordillera.\r\n\r\nEl grupo llegó a un fértil valle que los galeses quisieron llamar “Valle Encantador” pero Fontana propuso llamarlo 16 de octubre, día de la sanción de la Ley de los Territorios Nacionales.\r\n\r\nSe instalaron los primeros colonos, con amplio predominio de Galeses, en la comarca o Colonia 16 de Octubre, cuyo núcleo de población, recostado sobre una de las orillas del río Percy, con el tiempo, recibió un nombre galés: TREVELIN, que significa “pueblo del Molino”. \r\n\r\nLos galeses, consecuentes con su experiencia hecha en el valle inferior del río Chubut, se preocuparon inmediatamente por cultivar la tierra. El nombre de la población derivó del lugar de emplazamiento del molino más grande, el “Andes” que molió trigo y elaboró harinas que abastecieron a la región, incluso a poblaciones cercanas de Chile, hasta 1950. \r\n\r\nUn año antes Chubut había sido declarada zona “no triguera”. Hoy el molino funciona como museo, es sede del Concejo Deliberante y de la radio municipal.\r\n\r\n El molino lo hizo construir John Daniel Evans, un personaje destacado no sólo en la comunidad de Travelín, sino en la de los galeses chubutense. Él fue el “baqueano” que dirigió a la expedición de Fontana.\r\n\r\n Hay un motivo que enaltece a los ojos argentinos a esta Colonia de galeses y que al mismo tiempo pone de relieve la visión de Fontana. Cada 30 de abril en la localidad se conmemora el “Plebiscito de 1902”.\r\n\r\nFue el día en que la Comisión de Límites que acompañaba a los enviados de Eduardo VII llegó a Travelín. El Perito Moreno sabía muy bien que para el imperio británico la ocupación del territorio da derechos y eso había que hacerlo valer.\r\n\r\nLos galeses de Travelín, aunque recibieron algún incentivo de la otra parte, decidieron que eran Argentinos y que las tierras que ocupaban debían seguir perteneciendo a la Argentina. Así se lo hicieron saber, unánimemente, a los expertos del Rey Eduardo.\r\n\r\nLa decisión arbitral del 20 de noviembre de 1902, de los 94.000 km2 en disputa, le adjudicó a Chile 54.000 y a la Argentina 40.000. Del total de 94.000, sólo 12.000 constituían valles productivos, de los cuales 8.500 quedaron del lado argentino, gracias a la visión de Fontana y a la firmeza de los galeses de Travelín.\r\n\r\n \r\n\r\nJohn Evans y su Malacara\r\n\r\nFue el baqueano que condujo a Fontana y sus rifleros a ese bucólico paraje. Vivía en el pueblo de Gaiman, pero había nacido inquieto y explorador, por lo que era común que se internara lejos en la estepa patagónica, o hacia la cordillera, en busca de las nacientes del río Chubut.\r\n\r\nEsto le había permitido granjearse la amistad de los indígenas tehuelches y ser conocido en sus tolderías. Era la imagen de la armoniosa convivencia que, desde el principio, caracterizó el encuentro entre tehuelches y galeses, a quienes éstos llamaban “nuestros hermanos del desierto”. \r\n\r\nEn noviembre de 1883 convenció a sus amigos: Davies, Jones y Parry, a que lo acompañaran en una expedición hacia la cordillera, en busca de oro.\r\n\r\nEn el mes de diciembre ya habían llegado al Zanjón del Oro, unos 90 Km. al oeste de Paso de Indios, donde hoy la ruta nacional 25 se fusiona con la provincial 62, poco antes de Tecka y a un centenar de kilómetros de Esquel.\r\n\r\nEscasos de víveres e inciertos respecto del trayecto futuro, Evans y su cuñado Jones decidieron rehacer el camino y procurar las provisiones para proseguir con la expedición. \r\n\r\nCamino al reencuentro con los que se habían quedado en el Zanjón (Davies y Perry) y, acompañados de otros cinco amigos que se habían sumado, se toparon con un destacamento del ejército argentino, a las órdenes del comandante Lino Roa, que arriaba a un numeroso contingente de indios cautivos al reformatorio de Valcheta. Un presagio funesto.\r\n\r\n Después del reencuentro y la entrega de los víveres, Jones y los 5 advenedizos optaron por volver a Gaiman, en tanto que Evans, Davies, Perry y Hughes prosiguieron rumbo al norte. A fines de febrero de 1884 alcanzaron la desembocadura del Gualjaina en el río Chubut, donde se encontraron con tres miembros de la tribu del cacique Foyel, entre los que estaba Salvo, un conocido de Evans. El encuentro fue inusualmente descortés y hasta amenazador. Sintiéndose en peligro, prefirieron abortar la expedición y regresar a Gaiman. \r\n\r\nEl 4 de marzo Evans ensilló su mejor caballo, el Malacara, y salió en busca de caza regresando con dos libres mara. Cuenta Evans: “…cuando de pronto sentimos un aullido y gritos de guerra de los indios y la atropellada de sus caballos…clavé las espuelas en las costillas del Malacara, rompí el primer círculo de lanceros…en dos saltos había salido de su alcance… y un tropel de indios me seguía…” Trescientos metros más adelante un profundo barranco le cerró el paso. Saltar era la salvación. Espoleó al Malacara. No titubeó el animal y saltó los 4 metros hasta el fondo del zanjón, amortiguó el porrazo y trepó el lado opuesto. Nunca pudo ser alcanzado por los caballos de los indígenas.\r\n\r\nOcho días después Evans volvía al lugar acompañado por 43 personas armadas para enterrar a sus amigos muertos y horriblemente mutilados. El lugar hoy se llama “Valle de los Mártires” y el noble Malacara tiene su tumba en Travelín con epitafio: “ Aquí yacen los restos de mi caballo Malacara que me salvó la vida en el ataque de los indios en el Valle de los Mártires 4.3.84”J.D.Evans\r\n\r\n \r\n\r\n
Caracteriza prioritariamente la actitud de las potencias coloniales que, en virtud del mismo, justifican o legitiman políticas o intereses económicos. Por ello no es inusual que al hablar del etno- se piense en el eurocentrismo, que describe la mirada que tiene sobre el resto del mundo el conjunto de los países de Europa Occidental.\r\n\r\nLa actitud básicamente etnocéntrica se puede replicar perfectamente, con respecto a las minorías, al interior de un país, lo que comúnmente conocemos como discriminación. El etnocentrismo está imbuido de la misma actitud despectiva que le atribuimos a ésta.\r\n\r\nSe suele reconocer como paradigma de potencia colonial a Gran Bretaña y a sus intelectuales, fundamentalmente a los antropólogos, como los creadores y sostenedores del pensamiento y del comportamiento etnocéntricos, tanto con respecto a sus colonias como también con respecto a las minorías internas, particularmente con la etnia de los galeses.\r\n\r\nLos galeses se consideran descendientes de una etnia que se internó en el territorio insular en torno al s.V a.C. y que conocemos como Celtas. Cuando en el año 43 d.C. los romanos invadieron la isla, la resistencia más enconada la encontraron de parte de los celtas, concentrados ya en su actual territorio de la zona oeste de la Britania.\r\n\r\nProbablemente hayan aceptado el cristianismo incluso antes de que éste se convirtiera en la religión oficial y única del Imperio romano bajo Constantino. Lo confirma el hecho de que los dos primeros mártires cristianos galeses que ellos veneraron, Aarón y Julio, fueron muertos en el siglo IV. \r\n\r\nPara el galés S. Gildas del siglo V la declinación y derrumbe de Britania fue causada por la inescrupulosidad y decadencia de sus líderes. Los invasores bárbaros son un castigo divino.\r\n\r\nEstos pocos datos probablemente sean suficientes para lo que se quiere resaltar: el Pueblo de Gales es un pueblo profundamente religioso o al menos lo fue durante muchos siglos. Siempre reconocieron como sus elementos aglutinantes de su pertenencia al pueblo: la religión y la lengua comunes.\r\n\r\n Es fácil, entonces, entender que cuando Inglaterra se separó del tronco católico romano (s.XVI) con Enrique VIII, los galeses no hayan querido aceptar la imposición del anglicanismo, aún cuando, más tarde, haya prosperado la confesión evangélica metodista, que no venía de Inglaterra, sino del continente. \r\n\r\nDurante el largo reinado de Enrique se produce la anexión legal de Gales a Inglaterra. El Acta de anexión de 1535 establece el uso exclusivo del inglés para los documentos y procedimientos oficiales y la abolición de cualquier legislación galesa vigente \r\n\r\nUno de los más fuertes movimientos de resistencia a la dominación, conocido con el nombre de la “No Conformidad”, se produce a fines del siglo XVII como una reacción contra los privilegios de los anglicanos en el País de Gales. \r\n\r\nDebían atender los servicios religiosos por prescripción legal, de lo contrario eran perseguidos y multados, además estaban obligados a pagar el diezmo para sostener a la iglesia y la jerarquía anglicana. Los galeses sentían que su cultura, su lengua y sus creencias religiosas acabarían sucumbiendo a la constricción asfixiante del poder inglés. \r\n\r\nPor si todo esto fuera poco, el crecimiento acelerado de la industria y de las máquinas a vapor requería un ingente insumo de energía. Provendría de las minas de carbón de Gales, donde la explotación de la mano de obra fue proverbial.\r\n\r\nEl último acontecimiento y el argumento más convincente de todos, respecto a la situación que vivía el pueblo de Gales, es que, a medidos del XIX, se inició una importante sangría emigratoria que se dirigió a múltiples destinos, la Patagonia incluida.\r\n\r\nEs conocido su arribo al Golfo Nuevo el 28 de julio de 1865 y toda la historia posterior: su asentamiento en el valle inferior del río Chubut, donde crearon pueblos que hoy son ciudades pujantes como Trelew, Gaiman, Rawson o Puerto Madryn, su ardua labor y larga lucha para convertir ese páramo en una fértil tierra de simientes; sembraron trigo y forrajeras, cultivaron huertas y chacras, criaron ganado vacuno y equino; construyeron sencillos molinos caseros en los que elaboraron harinas que incluso pudieron exportar, levantaron usinas en las que producían leche, crema y manteca y hasta tendieron las vías de un ferrocarril que unía al valle con Puerto Madryn donde se embarcaban los excedentes de la producción local con destino a lejanos centros de consumo, en veleros que pertenecían a la cooperativa.\r\n\r\nPero hay otra historia de la que son protagonistas los Galeses que no se desarrolló en la costa, ni en el valle inferior, sino lejos, en la cordillera.\r\n\r\nEn 1885 llega a Chubut el primer gobernador de ese Territorio Nacional, creado por la Ley sancionada el 16 de octubre del año anterior. Es el Teniente Coronel Luis Jorge Fontana , militar pero, además, naturalista, había estudiado con Burmeister y fue Director de la IV Comisión Demarcatoria de Límites con Chile.\r\n\r\nEs la época de la primera presidencia del Gral. Roca, muy poco después de su regreso de la “Conquista del Desierto”. Fontana iba con instrucciones del gobierno nacional respecto de la afirmación de la soberanía Argentina en los territorios patagónicos. \r\n\r\nYa el 14 de octubre del mismo 1885, partió Fontana desde de la ciudad de Rawson hacia la cordillera, al frente de un grupo de exploradores, conocido como los “Rifleros del Chubut”. Integraban el grupo: 7 argentinos, 2 alemanes, 1 norteamericano y 19 galeses. Fontana tenía la autorización del Gobierno Nacional para disponer de 50 leguas de campo para distribuirlas entre los colonos que quisieran radicarse en la cordillera.\r\n\r\nEl grupo llegó a un fértil valle que los galeses quisieron llamar “Valle Encantador” pero Fontana propuso llamarlo 16 de octubre, día de la sanción de la Ley de los Territorios Nacionales.\r\n\r\nSe instalaron los primeros colonos, con amplio predominio de Galeses, en la comarca o Colonia 16 de Octubre, cuyo núcleo de población, recostado sobre una de las orillas del río Percy, con el tiempo, recibió un nombre galés: TREVELIN, que significa “pueblo del Molino”. \r\n\r\nLos galeses, consecuentes con su experiencia hecha en el valle inferior del río Chubut, se preocuparon inmediatamente por cultivar la tierra. El nombre de la población derivó del lugar de emplazamiento del molino más grande, el “Andes” que molió trigo y elaboró harinas que abastecieron a la región, incluso a poblaciones cercanas de Chile, hasta 1950. \r\n\r\nUn año antes Chubut había sido declarada zona “no triguera”. Hoy el molino funciona como museo, es sede del Concejo Deliberante y de la radio municipal.\r\n\r\n El molino lo hizo construir John Daniel Evans, un personaje destacado no sólo en la comunidad de Travelín, sino en la de los galeses chubutense. Él fue el “baqueano” que dirigió a la expedición de Fontana.\r\n\r\n Hay un motivo que enaltece a los ojos argentinos a esta Colonia de galeses y que al mismo tiempo pone de relieve la visión de Fontana. Cada 30 de abril en la localidad se conmemora el “Plebiscito de 1902”.\r\n\r\nFue el día en que la Comisión de Límites que acompañaba a los enviados de Eduardo VII llegó a Travelín. El Perito Moreno sabía muy bien que para el imperio británico la ocupación del territorio da derechos y eso había que hacerlo valer.\r\n\r\nLos galeses de Travelín, aunque recibieron algún incentivo de la otra parte, decidieron que eran Argentinos y que las tierras que ocupaban debían seguir perteneciendo a la Argentina. Así se lo hicieron saber, unánimemente, a los expertos del Rey Eduardo.\r\n\r\nLa decisión arbitral del 20 de noviembre de 1902, de los 94.000 km2 en disputa, le adjudicó a Chile 54.000 y a la Argentina 40.000. Del total de 94.000, sólo 12.000 constituían valles productivos, de los cuales 8.500 quedaron del lado argentino, gracias a la visión de Fontana y a la firmeza de los galeses de Travelín.\r\n\r\n \r\n\r\nJohn Evans y su Malacara\r\n\r\nFue el baqueano que condujo a Fontana y sus rifleros a ese bucólico paraje. Vivía en el pueblo de Gaiman, pero había nacido inquieto y explorador, por lo que era común que se internara lejos en la estepa patagónica, o hacia la cordillera, en busca de las nacientes del río Chubut.\r\n\r\nEsto le había permitido granjearse la amistad de los indígenas tehuelches y ser conocido en sus tolderías. Era la imagen de la armoniosa convivencia que, desde el principio, caracterizó el encuentro entre tehuelches y galeses, a quienes éstos llamaban “nuestros hermanos del desierto”. \r\n\r\nEn noviembre de 1883 convenció a sus amigos: Davies, Jones y Parry, a que lo acompañaran en una expedición hacia la cordillera, en busca de oro.\r\n\r\nEn el mes de diciembre ya habían llegado al Zanjón del Oro, unos 90 Km. al oeste de Paso de Indios, donde hoy la ruta nacional 25 se fusiona con la provincial 62, poco antes de Tecka y a un centenar de kilómetros de Esquel.\r\n\r\nEscasos de víveres e inciertos respecto del trayecto futuro, Evans y su cuñado Jones decidieron rehacer el camino y procurar las provisiones para proseguir con la expedición. \r\n\r\nCamino al reencuentro con los que se habían quedado en el Zanjón (Davies y Perry) y, acompañados de otros cinco amigos que se habían sumado, se toparon con un destacamento del ejército argentino, a las órdenes del comandante Lino Roa, que arriaba a un numeroso contingente de indios cautivos al reformatorio de Valcheta. Un presagio funesto.\r\n\r\n Después del reencuentro y la entrega de los víveres, Jones y los 5 advenedizos optaron por volver a Gaiman, en tanto que Evans, Davies, Perry y Hughes prosiguieron rumbo al norte. A fines de febrero de 1884 alcanzaron la desembocadura del Gualjaina en el río Chubut, donde se encontraron con tres miembros de la tribu del cacique Foyel, entre los que estaba Salvo, un conocido de Evans. El encuentro fue inusualmente descortés y hasta amenazador. Sintiéndose en peligro, prefirieron abortar la expedición y regresar a Gaiman. \r\n\r\nEl 4 de marzo Evans ensilló su mejor caballo, el Malacara, y salió en busca de caza regresando con dos libres mara. Cuenta Evans: “…cuando de pronto sentimos un aullido y gritos de guerra de los indios y la atropellada de sus caballos…clavé las espuelas en las costillas del Malacara, rompí el primer círculo de lanceros…en dos saltos había salido de su alcance… y un tropel de indios me seguía…” Trescientos metros más adelante un profundo barranco le cerró el paso. Saltar era la salvación. Espoleó al Malacara. No titubeó el animal y saltó los 4 metros hasta el fondo del zanjón, amortiguó el porrazo y trepó el lado opuesto. Nunca pudo ser alcanzado por los caballos de los indígenas.\r\n\r\nOcho días después Evans volvía al lugar acompañado por 43 personas armadas para enterrar a sus amigos muertos y horriblemente mutilados. El lugar hoy se llama “Valle de los Mártires” y el noble Malacara tiene su tumba en Travelín con epitafio: “ Aquí yacen los restos de mi caballo Malacara que me salvó la vida en el ataque de los indios en el Valle de los Mártires 4.3.84”J.D.Evans\r\n\r\n \r\n\r\n